Marcando el ritmo

A diferencia de la creencia habitual, esto no siempre tiene que ver con la frecuencia a la hora de anotar en contraataque. Por ejemplo, el Lanús de la temporada pasada tenía un alto promedio de puntos en transición, de la mano de Laprovíttola y Boccia principalmente, pero aun así era de los equipos que más lento jugaba.

Obviamente, cuanto más anotes en contraataque, más chances hay de que seas veloz, pero como vemos, hay excepciones. Lo que realmente define la velocidad de un equipo, es su ejecución en media cancha. O en otras palabras, cuantos segundos consumen antes de lanzar al aro o terminar de alguna otra manera la jugada.

Aún para los que más corren, los tiros en transición no llegan a representarle ni el 20% de sus ofensivas. Por eso, a la hora de juzgar el ritmo de un conjunto, siempre va a pesar más lo que se haga en el resto de los ataques, es decir, la media cancha.

¿Qué es el ritmo, entonces? Es el promedio de posesiones de un equipo durante un partido de 40 minutos. Cabe aclarar, que por posesiones nos referimos a la suma de lanzamientos, faltas de tiro y pérdidas conseguidos a lo largo de un partido, restado por los rebotes ofensivos bajados.

La razón por la cual a la formula se le resta los rebotes ofensivos, es porque aquellos conjuntos que se destacan en esa área, tendrán más oportunidades que otros que no, pero nada tiene que ver con eso con su velocidad de juego.

Ejemplo: Si un equipo X durante un encuentro acumula 50 goles de campo tomados, 10 faltas de tiro recibidas, 10 pérdidas y baja 5 rebotes ofensivos, su ritmo de juego habrá sido de (50+10+10-5) 65 posesiones.

Esta estadística en cuestión es diferente al resto, ya que no hay valores positivos ni negativos. Podríamos decir que en lugar de calificativa, es descriptiva. En principio, un equipo que juega lento no es mejor que uno que juega rápido, ni viceversa. Todo pasa por lo que busca cada entrenador, en base a los planteles que tiene o a su filosofía.

Un aspecto más periodístico que técnico para el uso de las posesiones, puede ser descubrir al ritmo de quien se jugó un partido. Si se enfrenta un equipo que promedia 80 jugadas por noche, con uno que promedia 60, y durante el choque terminan teniendo 75 posesiones cada uno, podríamos asegurar que se jugó a lo que quiso el primero de los conjuntos.

El campo relacionado al ritmo de un encuentro es todavía un área que está en sus etapas básicas de uso, tanto dentro de los propios equipos, como fuera de ellos, entre el público. Si bien hay mucho más lugar para hondar a fondo, nuestra intención con la nota es abrir el juego y poner arriba de la mesa, un tema de debate que rara vez se escucha en la Liga Nacional.

Posesiones de nuestra Liga Nacional

Además de mostrarnos la velocidad con la que juega cada club LNB, el gráfico nos confirma la teoría de que el ritmo poco tiene que ver con cuan efectiva sea una ofensiva. Quilmes es el equipo que más rápido juega, pero aun así su ataque aparece como el tercero peor de la competencia.

Donde sí parece haber una correlación con el ritmo de juego, es en las pérdidas. Mientras que por un lado jugar rápido puede ayudarte a encontrar fuera de balance a la defensa o sumar tiros cómodos, también parece llevarte a cometer más errores con el balón.

Argentino de Junín es el equipo que juega a menos posesiones, y aparece segundo en cuanto al cuidado del balón (pérdidas en apenas 13,4% de sus jugadas). Por el contrario, el ya mencionado Quilmes, parece ser más apresurado que veloz, liderando la LNB en cuanto a balones perdidos (17,4% de sus jugadas).

Juan Estevez
@JuanEstevez90
www.pickandroll.com.ar