La Asociación de Técnicos de Básquetbol de la República Argentina (ATEBARA) brindó un comunicado oficial donde deja en claro el pensamiento en sintonía con los cambios y profundiza en las necesidades actuales de nuestro deporte.
Pregunta Niembro: León, si hoy te propusieran ser Secretario de Deportes de la Nación, ¿qué es lo primero que harías?
“Si me nombraran Secretario de Deportes, lo primero que haría sería reformular el gobierno de las federaciones. Que los que gobiernen representen a los que hacen el deportes, sabiendo que se debe hacer.” León (1998)
El basquetbol se viene reformulando desde el momento que se iniciaron las primeras charlas de amigos preocupados por la salud del basquetbol nacional, allá por mil nueve sesenta y pico.
Vivimos una mutilación deportiva, fue en 1957. Suspendiendo de por vida a los Campeones Mundiales del 50, por consejo de dirigentes de aquella época, que supuestamente defendían al deporte y al llamado amateurismo (acción que retraso 50 años el crecimiento de nuestro deporte), dejando así sin los mejores 50 o 60 jugadores que habían logrado poner en lo más alto del basquetbol internacional a la República Argentina y solo porque se les había permitido tener una excepción al pago de impuestos aduaneros.
Posteriormente hubo hechos que como consecuencia, permitieron a Capital Federal polarizar a los mejores jugadores provenientes de todo el territorio argentino. Esta concentración geográfica, afectó al crecimiento, beneficiando solo a un lugar pequeño, en desmedro del resto del país.
Por aquellos 60 la muestra era clara, en todo el año solo había para ver tres o cuatro partidos importantes en Buenos Aires y el otro interés residía en Torneo Argentino de Selecciones. Que solo duraba 15 días y menos quizás.
Con esa propuesta organizativa, ¿Cómo podíamos desarrollar a los jugadores? ¿Cómo obtener un constante crecimiento si solo había que prepararse para 15 días donde se enfrentaban los mejores del país? Y los que estaban en Buenos Aires con unos pocos encuentros importantes ¿Cómo progresaban? Con tres noches de dos horas por semana de entrenamiento, alcanzaba.
Pero lo que si era visible, es que teníamos talento, que no lo podíamos elevar por falta de trabajo y propuestas organizativas.
En los principales diarios de tirada nacional salían unos pequeños artículos de no más de 10 cm, dos o tres veces por semana cuanto mucho.
Nuestro seleccionado nacional siempre iba a las competencias internacionales “PARA ADQUIRIR EXPERIENCIA”, nunca con la real expectativa de ganar, de estar en el podio.
De esa preocupación nació la Liga Nacional. Estructura que cambio la forma de organización en general aunque parte de ella estuvo en las manos de la CABB y posteriormente compartida con la AdC.
Lo que prevaleció fue la idea de otro tipo de organización competitiva. La mejor y más coherente de todos los deportes actuales.
Pero todavía nos quedan un par de peldaños para asegurarnos un futuro que mantenga a nuestro deporte cerca o sobre el podio en las mejores competencias del planeta.
Este plus es el comando, es el gobierno de la Confederación. Y ese cambio debe ser en función de integrar a todos los estamentos para que se gobierne con todos los actores del deporte.
Este momento es muy bueno para intentarlo. Pero no pueden hacerlo los que vienen de un proceso viciado, deben dejar que tomen ciertas riendas personas capaces y probas que pertenezcan al mismo deporte y que en conjunto elaboren un diseño que sea inclusivo en los “porcentajes correspondientes”, como decía León.
León fue en vida el que lideró aquel cambio competitivo que nos abrió un camino de éxito en el mundo y también fue él, desde su legado, quien indicó en su momento, hacia donde dirigir los esfuerzos.
En el año 1984 cuando luego de su regreso de España y habiendo tomado la Selección Nacional, el Subsecretario de Deportes de la Nación Osvaldo Otero lo convoca para ser asesor en materia de basquetbol.
¿Porque?
Muy simple porque notaron que la Liga Nacional cristalizada por impulso de León, ofrecía una visión diferente de la organización deportiva. Con él llegamos alguno de nosotros y en esos meses mientras se desarrollaba la Transición hacia la Liga, se le presento al Subsecretario la idea de cambiar la forma de gobierno de todas las federaciones nacionales comenzando por el basquetbol. 1984
Estamos a 30 años y todavía no podemos llegar a modificar algo tan esencial como el democrático gobierno de las federaciones. El basquetbol ofrece una oportunidad que quizás sea única. Porque desperdiciarla. Porque no unir voluntades de construcción, dejando de lado los intereses personales y los derechos no adquiridos de la real representación, y dar paso a un nuevo desafío, un nuevo horizonte donde todos puedan controlar las acciones y las cuentas de los que ostenten el poder temporario (algo que también debe regularse para no eternizarse).
En ese tiempo, tomando una vez más, el ejemplo de la Federación Española, se desarrolló un pequeño proyecto de reformulación que no llego a confirmarse porque a León le dieron poco tiempo la dirección técnica del Seleccionado y tuvo que dedicarse a tomar equipos de clubes, sumado a su posterior enfermedad.
“Yo creo que todavía hoy, desde los estamentos más altos de los gobiernos nacionales (todos) no se dan cuenta, que hay que reformular el deporte argentino.” León (entrevista de Niembro)
Pero el legado está claro y vigente. Solo hay que retomarlo y ponerle conocimiento, que no son solo reglas, hay que tener imaginación para adecuarlo a nuestra idiosincrasia a nuestra geografía, a nuestra propia historia y poder extraer lo mejor que reclutemos de otros lugares más avanzados en este rubro.
El Estado sin duda es quien tiene la iniciativa, y eso es lo correcto. Porque el Estado tiene la obligación de pensar en la población y sus programas de progreso, estableciendo las regulaciones pertinentes. Y los gobiernos, que son los administradores elegidos, deben controlar los usos de los dineros que emanan o son conferidos a las instituciones intermedias ejerciendo la potestad del Estado.
Nos sentimos en sintonía con los deseos de la Generación Dorada y valoramos el impulso que imprime la Secretaría de Deportes de la Nación.
Estamos en un momento que podemos transformarlo en histórico.
El basquetbol puede dar otro paso gigante hacia la perfección organizativa si somos capaces de tomar el toro por las astas y realizar una construcción inteligente en función del “bien común.”