Juan Gutiérrez 2.0: "Me encanta el desafío de tener que recuperar mi juego"
El regreso de Juan Gutiérrez a las canchas después de 10 meses de inactividad fue una de las grandes noticias del comienzo del año no sólo para Obras Basket sino para el básquet argentino. El pivote cuenta todo en larga charla con Pick and Roll radio.
Autor:Daniel Mérida (@baloncestero)
Lo que quedó anotado:
* "El estado anímico durante la recuperación era una montaña rusa"
* "No te das cuenta de lo que necesitas las manos, hasta que no las tenés"
* "A mis 31 años no se me pasaba por la cabeza retirarme"
* "Todo lo que me está pasando ahora me está agarrando con una alegría muy grande"
* "Marcos Delía una buena persona, que tiene mucha ganas de mejorar y está todo el tiempo haciéndome preguntas"
* "No me voy a poner a jugar pick and roll ahora y correr a toda velocidad hacia el aro, porque el cuerpo no me lo va a permitir"
El pivote internacional argentino se sometió en el último invierno a una artroscopia de cadera después de haber sufrido molestias que lo tuvieron fuera de las canchas durante un gran tramo de la parte final de la última temporada. Ahora, después de meses de recuperación, ya se sumó a los entrenamientos de Obras Basket y ha tenido una pequeña participación en los tres últimos partidos del equipo de Julio Lamas. En la tarde/noche del jueves, el "Pipa" pasó por los micrófonos de Pick and Roll Radio para hablar de su momento actual y de cómo le fue durante todo el proceso de recuperación de la operación.
Juan Gutiérrez jugó su último encuentro de la pasada temporada el 30 de marzo ante Fiatc Joventut. Desde entonces, largos días de un dolor en la cadera que empezaba a hacerse crónico y que le hizo perderse finalmente el Mundial donde iba a ser uno de los fijos de Julio Lamas. El jugador decidió operarse y fue consciente de que el proceso de recuperación de este tipo de artroscopia no iba a ser cosas de dos días. Ahora, con todo aquello pasado, al Pipa se le hace duro volver la vista atrás y recordar mucho de los momentos fuera de la cancha.
"El hecho de que haya sido tan largo ha hecho que tuviera muchos momentos distintos en lo anímico", explicaba Gutiérrez en Pick and Roll. "Por momentos fue angustiante, por momentos me ilusionaba, después iba y venía con el estado anímico muy grave, era una montaña rusa. Por suerte, ahora estoy contento con lo que me ha tocado vivir y estoy redescubriendo todas esas sensaciones de volver a jugar y más motivado que nunca tratando de recuperar el nivel de juego que tuve en algún momento".
El jugador pasó toda la rehabilitación en Buenos Aires junto a su familia y amigos, que siempre son una parte vital de este tipo de procesos. "Tengo la suerte de que todos los amigos viven cerca acá en el barrio y a mi novia la facultad le permitió tener muchos momentos libres para estar a mi lado y se bancó cosas la verdad increíbles. Creo que mi novia se bancó la peor parte, que fue el post-operatorio, con las muletas, que no podía levantarme de la cama ni hacer cosas con una sola mano (por las muletas) y me volvía loco. No te das cuenta de lo que necesitas las manos, hasta que no las tenés. Estaba en casa y me sentía un poco inútil porque para todos lados tenía que moverme con muletas y no podía apoyar la pierna. Tenía que moverme poco o no moverme y en ese momento me hacía sentirme muy culpable con el 'alcánzame esto o alcánzame lo otro' y sentía que le estaba rompiendo las pelotas a mucha gente. A partir de ahí, es todo progreso. Y antes de la operación ni hablar, cuando los dolores eran tan fuertes que me hicieron perder el Mundial y muchas cosas por delante que me hacían mucha ilusión"
Ante un dolor que se volvía casi crónico, una de las cuestiones que se le pasan por la mente a un jugador profesional es la posibilidad de la retirada. "Por supuesto que pasó. Antes de la operación, yo visité a dos médicos, uno de los cuales me dijo que el grado de artrosis que yo tenía en la cadera no iba a tener mucho sentido operarlo. En cambio, el otro me dijo que me operaba y quedaba como nuevo. Fueron dos diagnósticos muy distintos de dos grandes especialistas y entonces como que la cabeza se me confundió un poco. Obviamente, a mis 31 años no se me pasaba por la cabeza retirarme y tomé el diagnóstico que me sirvió para hacer todo el intento posible que me devolviera a la cancha. Después de la operación, el cirujano me derivó a José Osimani, que es el kinesiólogo del básquet que más entiende de caderas y el trabajo con José estuvo muy optimista, que estaba todo bien, que estaba impecable y que la recuperación iba bien y muy adelantada a los plazos".
Después de casi un año fuera de las canchas, las sensaciones de volver a picar la pelota, de trotar o de lanzar al aro hacen apreciar el baloncesto de otra forma: "Sí, todo lo que me está pasando me está agarrando con una alegría muy grande en todos los partidos que pasan. Por suerte, trato de equilibrarlo con una de las cosas que más extrañé durante la lesión, que es el hecho de competir. A los profesionales del deporte, una de las cosas que más nos atrae es competir, a cualquiera cosa. Cuando estamos en casa y jugamos a lo que sea, nos gusta ganar. Después de una lesión te podés relajar y yo no quería eso y la competitividad sigue estando, porque tratando de no volver loco con el rol que me tocó ocupar o con las cosas que puedo aportar al equipo, aunque obviamente queriendo ganar a todos".
"Me encanta el desafío de tener que recuperar mi juego a mis 31 años y lo adapto a esta situación que me encuentro. Voy a ver cómo puedo hacerlo y tengo la suerte de que en mi equipo tengo gente para trabajar espectacular en el día a día. Tengo a Ramón Clemente e Iván Basualdo, que son dos de los más intensos que te vas a encontrar y te plantean un desafío día a día para ver cómo se puede mejorar".
"Tendría que utilizar esta experiencia de los primeros días como motivación para seguir trabajando y mejorando. De todas formas, lo que me pidió Julio (Lamas) es que en estos primeros partidos, haga las poquitas cosas que puedo hacer bien y aportar al equipo desde ahí y después ir sumando cosas en los entrenamientos que pueda luego aplicar en los partidos. No me voy a poner a jugar pick and roll ahora y correr a toda velocidad hacia el aro, porque el cuerpo no me lo va a permitir, aunque sí estar abierto y que otros compañeros jueguen ese pick and roll y yo abrir la cancha desde los costados. El equipo estaba necesitando un poco de tiro exterior de los jugadores grandes y trato de aportarle eso".
Sin Gutiérrez, el juego en la pintura de Obras Basket ha estado muy bien cubierto por el boricua Ramón Clemente y el joven Marcos Delía, que ha dado un enorme salto de calidad esta temporada y sobre el que el baloncesto argentino tiene puestas muchas expectativas. Del binomio Gutiérrez-Delía, ambos jugadores van a sacar un gran beneficio para el presente y para el futuro: "Me encanta compartir equipo con él. Me parece un buen pibe, una buena persona, que tiene mucha ganas de mejorar y está todo el tiempo haciéndome preguntas. Espero poder darle alguna mano en su crecimiento como jugador y que él me dé la mano que me está dando muy grande para tratar de volver a mi mejor versión. Creo que es algo de lo que ambos podemos salir ganando y tenemos que aprovechar"
Son sólo tres partidos y con una participación limitada, pero después de once meses fuera de las canchas, han sido minutos de juego que Juan Gutiérrez ha disfrutado como aquel que está a dieta y le dan la posibilidad de comer una buena hamburguesa. El camino de vuelta acaba de empezar para el "Pipa", ahora sólo queda paciencia y volver a recuperar su juego poco a poco, pero mientras la aportación tanto en la pista como fuera de ella va a seguir siendo importante.
Daniel Mérida - @baloncestero www.pickandroll.com.ar