Peñarol convive con un huésped inesperado

En la última década Peñarol de Mar del Plata acostumbró a su gente a vivir temporadas placenteras en resultados, donde el común denominador fueron conseguir un número de victorias muy superior a las derrotas. No obstante, existió un hecho superior al resultado mismo: esta hegemonía de Peñarol se solidificó en su deseo de ganar, en su espíritu inquebrantable, su fuerza vital que le dio paso a la leyenda.

En el repaso del porcentaje de victorias de la fase regular hay que llegar hasta la temporada 2005/06 cuando Peñarol cosechó 21 victorias y 23 derrotas para establecer un 47% de efectividad. Desde entonces los números han sido extraordinarios.

Esta temporada no es mala en números, pero lógicamente tampoco es lo que se esperaba con 22 derrotas en 50 partidos restándole al equipo aún dos partidos más que en el mejor de los casos, de ganarlos ambos, lo dejaría con un registro de 30-22 (57%) y seguiría estando por debajo del registro de la temporada 2007/08 (primera de Sergio Hernández).

2014/2015 (aun restan dos partidos): 28-22 (56%)

2013/2014: 33-11 (75%)
2012/2013: 30-14 (68%)
2011/2012: 30-14 (68%)
2010/2011: 33-11 (75%)
2009/2010: 33-11 (75%)
2008/2009: 33-11 (75%)
2007/2008: 26-18 (59%)
2006/2007: 31-13 (70%)
2005/2006: 21-23 (47%)

De acuerdo a los registros de esta temporada y al juego, la situación de Peñarol en la presente Liga podría dividirse en dos: hasta enero y desde febrero en adelante. Para graficarlo:

Desde el comienzo de la Liga y hasta el 31 de enero solo por LNB (sin contar Súper 8 ni torneos internacionales):

19 victorias - 9 derrotas (68%)
80.9 pts a favor - 73.9 pts en contra.

Desde el 1 de febrero a la actualidad solo por LNB (sin contar los 5 juegos de Liga de las Américas):
9 victorias - 13 derrotas (40%)
81.0 pts a favor - 83.0 pts en contra

Las circunstancias extraordinarias, como lesiones o corte de extranjeros donde debemos detenernos son tres: el tardío corte de Fisher, la lesión de Shadi y el corte de Giddens con Osimani como reemplazo definitivo.

No hubo un solo equipo de los 18 de esta Liga Nacional que no haya pasado con cortes de extranjeros o bajas sensibles de sus nacionales, por lo tanto, es un común denominador que otros equipos han tenido y algunos de ellos han podido superarlas con mejores resultados, por eso entre todos los problemas que Peñarol tuvo mencionamos tres como hechos fundamentales donde apoyarnos para entender el presente.

En principio, Dirigencia y Cuerpo Técnico de Peñarol esperaron 14 partidos de la primera fase para decidir el corte de Forrest "Ray" Fisher, un jugador que había sido decisivo en el segundo juego del equipo en la serie final contra Regatas de la temporada pasada (con 6/8 en triples) ayudando al equipo a "robarse" la localía y en definitiva a salir campeón. Ese recuerdo fresco de Fisher sirvió para amortiguar su nulo aporte en la presente edición.

Y cuando se habla de "Nulo" se fundamenta desde los números con mucha claridad: Fisher fue el único extranjero de toda la competencia con valoración negativa (-0.6) registrando 8/40 en triples (20%) y 9/27 en dobles (33%). Es un buen marcador pero el equipo estaba armado para que la posición del escolta foráneo tenga soluciones ofensivas para no sobrecargar la tarea de los bases u otras posiciones.

De tal modo, su corte no afectó al equipo que cerró la primera fase sin él con 3 victorias (dos clásicos) y una derrota.

Se tardo varios días en conseguir el reemplazo pero con la contratación de Justin Giddens se traía un jugador exquisito, garantido en el puesto, lejos de ir a buscar pruebas, pero con el antecedente muy conocido de sus actos de indisciplinas fuera de la cancha.

Y Justin ratificó fehacientemente dos cosas: todos sus antecedentes (de extraordinario jugador e indisciplinado) y la necesidad de un escolta con gol que tenía el equipo.

Mientras Giddens se mantuvo dentro del ámbito natural Peñarol voló en la cancha y fue la etapa del torneo que más disfrutó (enero con registro de 8-2). Luego el extranjero ya no ayudaría al equipo básicamente por su conducta antideportiva. El jueves 8 de enero además, el equipo perdió a Fabián Sahdi y desde allí se armó otro problema, que manifiesta su crisis cuando Giddens se dedica a no jugar y finalmente es cortado del equipo.

Como el regreso de Sahdi tuvo idas y vueltas con diferentes diagnósticos, llegó Regel Dowell para dar una mano, pero sabiendo que no sería el definitivo. En su búsqueda pocos saben que Peñarol tenía cerrado de palabra al escolta mexicano Francisco "Paco" Cruz (hoy en Olímpico) cuando las noticias del regreso de Sahdi eran inciertas, por lo tanto hubo un giro en la decisión y se terminó fichando al base Martín Osimani.

El tiempo que necesitaba el técnico Rivero, el plantel y el propio Osimani para adaptarse a la situación no existió. Producto del calendario debieron salir a buscar el rodaje directamente en cancha, habiendo tocado nada menos que la base del equipo, donde Alejandro Konsztadt, por sus buenas actuaciones se ganó la posibilidad sumar minutos pero como escolta.

Es entonces que comienza otra novela en la vida de Peñarol pero dentro de la misma temporada, donde al "nuevo" equipo se le suma el cansancio de giras, la continuidad de los partidos y la falta de entrenamientos. La consecuencia salta a la vista.

No obstante, la imagen que dejó anoche Peñarol en cancha de Ciclista de Junín es de un equipo sin respuestas, ni anímicas ni deportivas. La situación mental atiende interrogantes que esta nota no puede resolver. Muchas de ellas deben estar en la intimidad del plantel, pero si hay una imagen que es muy difícil, casi imposible, de haber visto en estos últimos años, es la de un Peñarol derrotado desde lo anímico.

Dominado desde el juego, en lo deportivo, si se lo vio varias veces. Muchos partidos perdidos por múltiple factores a lo largo de las últimas temporada pero casi nunca sin respuestas emocionales para al menos intentar dar vuelta la historia, y allí radican las principales incógnitas que genera el plantel hoy, si será capaz de reponerse a este frente de tormenta inédito que atraviesa.

Pablo Tosal
@pablotosal