Gracias a D10s

Desde que se empezó a pensar en el equipo para esta temporada Leo estaba dentro de todos los planes. Terminó la temporada y en las declaraciones post partido, todavía con la sangre caliente, Leo arengaba por el equipo que debía armarse para este año. Y todo se cumplió al pie de la letra. Se fue de vacaciones con su familia sabiendo que al regresar jugaría en Peñarol.

Durante algunos días se hizo más largo de lo esperado la concreción del fichaje, o tal vez el anuncio, lo cierto es que recién diez días después de que se haya abierto la veda y con varios jugadores fichados Peñarol puede cantar bingo y sonreír por la continuidad de Leo. Así va redondeando un equipo que es una exquisita mixtura de talento joven y experiencia de calidad.

Desde que está en Peñarol por primera vez no tendrá a su camarada de armas, Martín Leiva, pero tampoco reinará un mal humor que se apoderó del plantel la temporada pasada. Sergio Hernández se encargará desde ahora que reine la paz, y Leo.

Para Peñarol Leo es decisivo en el crecimiento formativo (temperamental y de juego) de los valores jóvenes. Ya lo hizo con Mata, Safar y Campazzo hasta proyectarlos al exterior. Lo hace con Giorgetti y ahora se encargará de Massarelli y Brussino, dos chicos a los que les sobra ganas de crecer y derrochan energía.

Repasar los títulos de Leo suena más a una despedida que a una realidad, porque es el propio jugador el que no se pone metas mirando para adelante. Leo quiere seguir escribiendo su historia grande en la Liga y Peñarol es su socio perfecto. Los hinchas tienen un año más para disfrutar esta locura.

Pablo Tosal
@pablotosal